martes, 28 de enero de 2014

Socrates


Sócrates (469 – 399 a.C.) a diferencia de los sofistas no cobraba y era ateniense. Su método de enseñanza era el diálogo y en realidad no creía ser portador del saber, por el contrario hace suya la frase del Oráculo de Delfos, sólo sé que no sé nada. Además no dejó escritos propios y todo lo que nos ha llegado de él ha sido a través de sus discípulos, principalmente Platón.

No le interesaba la naturaleza ya que pensaba que no se podía extraer un conocimiento de ella, tal y como demostraba la diversidad de teorías de los presocráticos.

Este rechazo generalizado al mundo físico, implica al mismo tiempo, el menosprecio por el conocimiento empírico y del propio cuerpo. De esta forma, Sócrates se preocupa por el hombre y la sociedad. Según él, la areté, es decir la virtud, consiste en obtener conocimiento a partir de la propia alma, por lo tanto el saber es virtud.

Sócrates no pretende transmitir contenidos, sino establecer un método para pensar y poder diferenciar entre verdad y falsedad. Explica que el verdadero conocimiento se encuentra en el interior del alma humana, presentes como ideas innatas las cuales aparecen inseparables de la razón. Estas ideas son verdaderas, porque son universales, es decir que todos las tenemos, y necesarias, ya que no admiten crítica al ajustarse a la racionalidad.

Para él, el conocimiento consiste en deshacerse de las ideas adquiridas y convencionales que impone la sociedad para encontrar en el alma, las verdaderas ideas, es decir, pensar por uno mismo. Para conseguir esto, Sócrates crea un método que se lleva a cabo mediante el diálogo.

El primer paso del método socrático es la ironía, que consiste en reconocer la propia ignorancia. En este primer momento, Sócrates hace entrar en contradicción a su interlocutor, haciéndole reconocer que lo que sabe es una mera convención. El segundo paso de este método se llama mayéutica, en este paso se consigue descubrir la verdad, aletheia, mediante el diálogo. Finalmente se llega al paso de la definición, donde se encuentra una verdad universal y necesaria.

Además, Sócrates pensaba que era muy importante la vida en la polis. Para él, nadie podía conseguir la felicidad en otra ciudad que no sea la suya, y a pesar de la convencionalidad de las leyes, creía que era necesario respetarlas y obedecerlas ya que esto conserva el orden. Por otra parte, Sócrates cree que quien conoce el bien, no actuará mal, por eso, la educación es básica y la búsqueda del saber todavía más. Sócrates fue condenado a muerte por pervertir la mente de los jóvenes y tomó la cicuta, a pesar de poder elegir escapar.

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